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El pasado 26 de febrero, desde una cárcel federal de Miami, el extraditado exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, entregó un explosivo testimonio que puede resultar determinante en el expediente contra Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente Álvaro Uribe, por sus presuntos nexos con el grupo paramilitar Los 12 Apóstoles. Aunque Don Berna dijo que no conoce a Santiago Uribe ni le consta si colaboró con las autodefensas, sí aportó información reveladora que podría comprometer al ganadero.
En una diligencia de más de tres horas, cuyo audio fue conocido por El Espectador, Don Berna rindió declaración a un fiscal delegado ante la Corte. Inicialmente el exjefe paramilitar relató cómo se vinculó a ese grupo ilegal a partir de 1987, cuál fue su relación con Fidel Castaño, de qué manera se volvió el jefe del bloque Cacique Nutibara, cómo utilizó el brazo criminal de la Oficina de Envigado para cooptar los combos de sicarios en el Valle de Aburrá, tras la muerte de Pablo Escobar Gaviria, y de qué forma el senador Miguel de la Espriella ofició como razonero de las Auc ante el gobierno Uribe.
En seguida el interrogatorio se concentró sobre la conflictiva región de Yarumal (Antioquia), donde operó, a mediados de los años 90, el grupo Los 12 Apóstoles. A pesar de que Don Berna aseguró que no tuvo relación directa con éste, sí manifestó que las primeras autodefensas en Antioquia fueron los Escopeteros, patrocinadas por el ganadero Ernesto Garcés Soto. Un hombre que, según Don Berna, solía jactarse de su amistad con Santiago Uribe. En su testimonio añadió que durante esa época los jefes “paras” se reunían en Montecasino, un lujoso condominio en Medellín y fortaleza de Fidel Castaño.
A la pregunta del fiscal acerca de si supo de relaciones entre Santiago Uribe y los hermanos Castaño Gil, comandantes de las autodefensas, Don Berna sostuvo que no supo si Uribe tuvo nexos con Carlos y Fidel, pero que a Vicente sí le escuchó decir en tres ocasiones que el ganadero era amigo suyo. Además, agregó que también se le oyó mencionar a alias J, segundo comandante del bloque Metro y mano derecha de Rodrigo Doble Cero. Según el testigo, Vicente Castaño “era el poder detrás del trono” como encargado de expandir los grupos de autodefensa en el país.
Diego Murillo Bejarano advirtió que alias J era colaborador de Vicente Castaño, que tuvo conocimiento de muchos asuntos de las autodefensas en Antioquia y que fue en ese contexto, durante una charla, que referenció al ganadero Santiago Uribe como cercano al grupo ilegal. El fiscal del caso le preguntó uno a uno por las personas relacionadas con el denominado grupo de Los 12 Apóstoles, empezando por el detenido oficial (r) de la Policía Juan Carlos Meneses —testigo contra Santiago Uribe—. De ese listado de nombres, Don Berna dijo no conocer a nadie.
En desarrollo de la diligencia, el fiscal interrogó a Don Berna acerca de un personaje conocido como el Pecoso, hermano de Álvaro y Santiago Uribe. El testigo contestó que así le decían a Alberto Uribe, que era un comerciante de Medellín cercano al capo Pablo Escobar y que, incluso, en la época de la persecución al jefe del cartel de Medellín por parte de los Pepes —entre 1992 y 1993—, ellos lo declararon objetivo militar. Don Berna contó que el Pecoso Uribe se salvó porque el narcotraficante Francisco Cifuentes —del poderoso Clan Cifuentes—, intercedió por él.
Después de la intervención del fiscal, el representante de las víctimas de Los 12 Apóstoles le preguntó a Don Berna por personajes concretos en Antioquia. En particular por el ganadero Ernesto Garcés Soto. Diego Murillo precisó que éste fue muy amigo de Vicente Castaño, que lo vio muchas veces en la finca La 15 —cuartel general de los “paras”, ubicado entre San Pedro de Urabá y Valencia— y que una vez fue testigo de una pelea entre René y Garcés Soto. Según le oyó decir ese día a René, Garcés Soto, junto con Santiago Uribe, atentaron contra él.
Don Berna puntualizó que René —comandante del bloque Suroeste, que manejaba las zonas de Concordia, Betulia y Salgar— acusó a Ernesto Garcés y a Santiago Uribe de urdir un plan para matarlo, y que ese día, muy disgustado, según Don Berna, Garcés Soto dijo al término de la acalarodada reunión: “Yo no voy a arreglar con este tipo. O me mata él o lo mato yo. Además tengo el apoyo de Santiago Uribe y tengo el apoyo del presidente”. Don Berna agregó que él se llevó a René para otro sitio hasta que se calmaron las cosas y que Jesús Ignacio Roldán, alias Monoloche fue testigo de esa pelea. Monoleche es el mismo que confesó haber asesinado a Carlos Castaño Gil.
Ante la pregunta del abogado sobre qué más le dijo René ese día, Don Berna contestó que le escuchó decir que Ernesto Garcés y Santiago Uribe eran socios en negocios de tierras. El problema entre René y Garcés nunca se solucionó y el primero de ellos, recalcó el testigo, siempre ha vivido preocupado de que algo le pueda pasar en la cárcel. Hoy está detenido en Itagüí. Al ser indagado sobre si tenía pruebas del supuesto patrocinio de Santiago Uribe a los “paras”, Diego Murillo respondió: “Me imagino que aportaba recursos económicos. Cuando le escuché a J que era uno de los que apoyaba, me dijo que con recursos económicos”.
Cuando le correspondió el turno al abogado de Santiago Uribe, su interés estuvo concentrado en concretar fechas y precisar que tanto Vicente Castaño como alias J están muertos, razón por la cual ninguno podría corroborar el testimonio de Don Berna. En ese sentido, el defensor de Uribe pidió establecer qué tipo de colaboración supuestamente dio su cliente al grupo ilegal, pero su respuesta nuevamente fue gaseosa: dijo que le oyó a J hablar referencias generales sobre Santiago Uribe, aunque sí concretó su relato sobre el apoyo de los hermanos Villegas y del caballista Santiago Gallón Henao con los “paras”. Este último fue condenado en 2010 por estos hechos.
El interrogatorio a Don Berna se concentró después en el bloque Metro, creado por Vicente Castaño, cuyo cuartel quedaba en San Roque (Antioquia). Diego Murillo insistió en que ese bloque tuvo apoyo de muchos ganaderos y comerciantes, sobre todo de los hermanos Juan y Alberto Villegas, que tenían una bomba gasolinera en el municipio de Porce, y de Santiago Gallón —cuyo escolta asesinó de seis tiros, el 2 de julio de 1994, al jugador de fútbol Andrés Escobar—. Esa colaboración era de orden económico, con información sobre presencia de miembros de las guerrillas o con contactos en la Fuerza Pública.
El fiscal persistió en averiguar quién más le había colaborado a los “paras” del bloque Metro. Don Berna manifestó textualmente: “También escuché que Santiago Uribe era uno de los colaboradores de dicho grupo”. Más adelante sostuvo que le oyó decir a alias J, en una reunión con Vicente Castaño, que uno de los que más colaboraba a la organización era el ganadero Uribe. En cuanto a Santiago Gallón, agregó Murillo Bejarano que sí lo conoció y que, además de sus contribuciones al bloque Metro, lo hizo también con el Cacique Nutibara y con la Oficina de Envigado. Y añadió que sus primeros contactos con Gallón fueron en los tiempos de la mafia del cartel de Medellín.
El fiscal preguntó si Don Berna alguna vez se había enterado de una eventual relación entre Santiago Gallón y Santiago Uribe, a lo que contestó: “Siempre escuché decir que Gallón era muy amigo de Santiago Uribe y del presidente Uribe, y que tenía negocios con ellos”. Ante los explosivos comentarios de Diego Murillo —en todo caso todos de oídas—, el fiscal quiso saber más sobre sus nexos con Santiago Gallón. Don Berna le explicó que lo conoció cuando era “bajador”, es decir, “gente que bajaba plata de Estados Unidos a Colombia”, con dinero del narcotráfico.
Al final el exjefe paramilitar —condenado a 30 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico— relató que la última vez que habló con Gallón fue en 2005, cuando se desmovilizó, pero que supo que continuó relacionado con grupos ilegales. En esa misma línea, el fiscal insistió sobre el nombre de Ernesto Garcés (investigado y absuelto por paramilitarismo años atrás). Don Berna explicó que Garcés fue una persona cercana a las autodefensas, en especial con su apoyo al bloque Suroeste, y que siempre se jactó de ser amigo de Santiago Uribe.
En seguida el fiscal lo interrogó por Pedro Juan Moreno, exsecretario de la Gobernación de Antioquia durante el mandato de Álvaro Uribe, entre 1995 y 1997. Don Berna no tardó en responder que Moreno —fallecido en 2006— era muy cercano a los “paras”. Y dijo: “Incluso Carlos Castaño lo consideraba uno de sus asesores. Era un asiduo visitante de los campamentos”.
Luego Don Berna soltó una bomba. La razón por la cual el 27 de febrero de 1998 fue asesinado el presidente del Comité de Derechos Humanos de Antioquia, Jesús María Valle, fue por atender una petición de Pedro Juan Moreno, “ya que se había convertido en una persona incómoda porque estaba denunciando unos hechos relacionados con la masacre de El Aro”, ocurrida en la región de Ituango, al norte de Antioquia, en 1996.
“¿Incómodo para quién?”, interrogó el fiscal. Don Berna contestó: “Pedro Juan expuso a Carlos Castaño que el doctor Jesús María Valle estaba haciendo unas denuncias contra él y el presidente Uribe cuando era gobernador de Antioquia. Además, que tenía vínculos con las guerrillas, concretamente con las Farc. Carlos (Castaño) me llama y me dice que le dé la orden a la banda de La Terraza para que le den de baja”. Una inédita confesión que ya es objeto de indagación por parte de la justicia.
La confesión de más de tres horas de Don Berna hoy es valorada por un fiscal delegado ante la Corte. El mismo que hace más de año y medio escuchó en diligencia de indagatoria a Santiago Uribe, sin resolver hasta ahora si archiva el expediente o le dicta medida de aseguramiento. Consultado por El Espectador, Jaime Granados, defensor de Uribe, manifestó que “jurídicamente lo que tiene mérito en un proceso es lo que a alguien le consta. Y aquí hablamos sólo de fábulas; a este señor nada le consta, todo es de oídas, y en este caso, que es muy serio, si un testigo dice que no le consta nada, pues probatoriamente su testimonio vale cero”.
Granados sostuvo: “Este expediente está lleno de conjeturas que han hecho carrera. Este martes, durante el juicio contra Alberto Guerrero (exjefe del Cacique Pipintá de las autodefensas), donde Santiago y Álvaro Uribe figuran como denunciantes, Don Berna declaró que no tenía nada que decir de ellos. Este proceso no tiene ningún asidero. Se han practicado infinitas pruebas en más de cinco años, todas a favor de Santiago, con dos excepciones: lo dicho por el mayor Juan Carlos Meneses y por el esquizofrénico Eunicio Pineda, testigo que le mintió a la justicia. Todo ha sido desvirtuado. Pero, de tanto repetir tanto el asunto, la gente empieza a creer que algo de verdad debe haber, cuando no es así”.
Finalmente, Granados insistió: “En cinco ocasiones he pedido que se archive la investigación. Incluso puse una tutela para obligar a la Fiscalía a que resuelva cuanto antes la situación jurídica de Santiago Uribe. Acá se han revisado todos los expedientes habidos y por haber, y no hay nada. Santiago es inocente. Lo que pasa es que por cuestiones de reserva no puedo decirle más. Aquí hay una persecución política y es clara. Es una persecución contra el hermano del jefe de la oposición en Colombia. Así de simple”. La Fiscalía se dispone a tomar de fondo una decisión sobre este controvertido expediente judicial.
Las respuestas que ha dado Santiago Uribe
Desde que los señalamientos en su contra se convirtieron en un arma política de los contradictores de su hermano, el expresidente Álvaro Uribe, Santiago Uribe ha sostenido que sus presuntos vínculos con la familia Ochoa, el grupo paramilitar el Clan de los 12 Apóstoles y la masacre del Aro, son infundados. No deja de repetir que es un colombiano común y corriente y que nunca ha negado que por su pasión a los caballos conoció a Fabio Ochoa. Pero ha repetido que jamás tuvo negocios con él. El hermano del expresidente siempre ha dicho que el peligro es que “en este país uno nunca sabe con quién está y, como dicen por ahí, de cualquier cañada brinca la liebre o salta el tigre”. De las acusaciones por el Clan de los 12 Apóstoles dice que ya hubo un auto inhibitorio en esa investigación: “Tengo nombre de apóstol, pero nunca he liderado organizaciones que se llamen Los 12 Apóstoles. Ya rendí versiones en 1996 y en 1999, y no comprobaron nada en mi contra”. Finalmente, Santiago Uribe ha respondido que sobre Juan Carlos Sierra, el Tuso, sólo habla con las autoridades. Asimismo, que su apodo no era Pecoso, como han dicho muchos desmovilizados, sino que así le decían las personas cercanas a su hermano Jaime, mientras que a él lo llamaban Carepapa.
“Lo que dijo ‘Don Berna’ es de oídas”
Juan Felipe Amaya, también abogado de Santiago Uribe, sostuvo que lo dicho por Don Berna es de oídas. “Eso que dijo contra Pedro Juan Moreno reitera su patrón de hablar sobre personas fallecidas que no pueden desmentirlo”, contó.
Amaya advirtió que durante esa declaración “contradictoria y mentirosa”, Diego Murillo insinuó que el supuesto apoyo de Santiago Uribe al bloque Metro era porque éste tenía tierras en esa zona de Antioquia, “pero ya hemos demostrado que el predio de la familia Uribe, la hacienda Guacharacas, fue vendido desde mediados de 1996”. Sobre el episodio de alias René, Amaya dijo que éste declaró en el proceso contra Santiago y que el ganadero no tuvo nada que ver con el atentado que sufrió.